Los tribunales han dicho una y otra vez que dentro de prisiones y cárceles y centros de custodia, hay una expectativa muy reducida de privacidad, a veces ninguna expectativa de privacidad. Y lo que eso significa es que cuando los presos te llaman, si tienes a un ser querido en la cárcel y te llaman por teléfono de la cárcel – a cobro revertido o usando una tarjeta de llamadas – las autoridades pueden interceptar esas conversaciones. Además, cuando vas a visitar a tu ser querido en la cárcel, cuando estás hablando a través del cristal y estás en el teléfono y estás en ese sistema telefónico, la cárcel o la policía o las autoridades pueden interceptar esas conversaciones también.
En consecuencia, aconsejo a todos mis clientes que están en custodia que nunca hablen sobre su caso o digan algo que no quieran que las autoridades escuchen a nadie más que a mí – a nadie más que a su abogado. No se les permite interceptar conversaciones con su abogado. Pero las conversaciones con la familia, con amigos, con particulares, se les permite interceptar.
No tienen que dar aviso. No necesitan una orden judicial. No necesitan una orden de registro, y muchas de estas conversaciones se interceptan. Así que para las personas que están en custodia, hablar sobre su caso solo les puede traer problemas.
Si hablan sobre ello por teléfono, entonces hay una buena posibilidad de que esas conversaciones estén siendo grabadas – estén siendo escuchadas. Si hablan sobre ello con otras personas en la cárcel – con otros presos, esos lugares están llenos de delatores de la cárcel. Así que si tu ser querido está en la cárcel, aconseja. No hables sobre los hechos de su caso o de nada que pueda incriminarlo con nadie más que con su abogado.